Siempre los castillos tendrán ese poder mágico de encantar a los niños... y a muchos adultos también. En esta ocasión mis alumnos de tercer año construyeron coloridos castillos con material desechable; los siempre solicitados cilindros de papel higiénico y las requeridas cajitas de medicamentos o perfumes, pintados con tempera sobre cartón piedra y uno que otro retoque especial fueron dando forma a estos castillos.
Feliz.
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